Intenta olvidar todo lo que quieras, Mente.
Sabes perfectamente que no importa, porque Corazón recuerda.
Y, a pesar de que lo niegues, aunque trates de esconderlo, de evitarlo…
Jamás lo has olvidado. Y jamás lo olvidarás.
Porque, quieras o no, aquello que tanto tratas de alejar,
ya forma parte de nosotros.
Y mientras más lo niegues, más se aferrará a ti con fuerza.
Acéptalo.
Dale la bienvenida.
Ofrécele una silla para que se siente.
Y deja que se quede.
¿Para siempre?
Probablemente.
Pero no olvides, pequeña Mente, que su presencia no te detiene.
No te vuelve inútil, no te debilita.
Todo lo contrario.
Si tú se lo permites, te ayudará a crecer, a florecer hasta los cielos.
Y tampoco olvides, bello Corazón, que sí, sí ocupa un gran espacio en ti- mas no lo llena.
Pues nos faltarán muchas vidas, para lograr ocupar ese enorme y noble espacio,
al que llaman alma.
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