Tengo una vaga idea de por qué me gustan tanto las flores… me dan esperanza.
¿Se han fijado como tienen el poder de crecer en todos lados? He pasado quizá por las paredes más feas que existen, y entre las grietas que se formaron en ellas brotan esos pequeños tallos verdes, de los cuales, al llegar la primavera, florecen los capullos más bonitos. Fuertes. Esa sería la palabra. Tienen la fragilidad de un diente de león, y la fortaleza de las raíces del árbol mas antiguo. Y ni hablar de su belleza.
Me pongo a pensar… ¿la fragilidad es fortaleza?.. y todo excepto debilidad. Sopla el viento y las flores lloran, pues van perdiendo uno a uno sus pétalos. Pero eso no importa, porque se mantienen firmes, fuertes. Ya crecerán otros pétalos, los siguientes más fuertes. Y seguirá soplando el viento, y los carros continuarán su rumbo, mandando fuertes corrientes hacia ellas. Eventualmente, volverán a llorar.
Oh, otra vez perdieron sus pétalos las pobrecillas.
Pero firmes se mantienen, fuertes se declaran.
Y florecen, la próxima vez más fuertes y abundantes, que la primera vez que las hicieron llorar.
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